POR LEONEL SENAVemos con agrado el interés del presidente DANILO MEDINA de ir resolviendo los problemas que afectan a los más desposeídos; y no está mal, ha demostrado que le sobran voluntad para resolver los problemas que afectan a nuestro país, y nos hacemos una pregunta.
¿Dará abasto nuestro presidente para tantas cosas? Este viernes el presidente visito el municipio de Arenoso, Provincia Duarte, y aunque no andaba en supervisión de obras, el presidente que siempre aprovecha al máximo su tiempo, se paso por la construcción del liceo de esa comunidad, al contactar que estaba paralizada la obra procedió a llamar al ingeniero encargado de esta y al asegurarse de que le habían pagado hacia ya 13 días las cubicaciones lo emplazo a reiniciar los trabajos y de lo contrario le quitaría la obra.
No está mal que un presidente ponga interés en el trabajo que su gobierno realiza; pero ¿están los supervisores de esos proyectos haciendo su trabajo? Tal parece que no, ahí están los resultado, si los funcionarios no se dedican a hacer bien su trabajo, el éxito del gobierno de Danilo medina está presto a fracasar. Porque no es verdad que un solo hombre tenga tanto tiempo hasta para supervisar que un contratista cumpla, si los funcionarios no están dispuesto a tocar la partitura del presidente, creo que lo mejor es que renuncie, ya que de ese modo no ayuda al éxito de la gestión.
¿Dónde estaba la ministra de educación? ¿Dónde estaban los directores regional y provincial? ¿Dónde están los supervisores de obras públicas que se comprometieron a hacer el trabajo junto con el ministerio de educación en este proyecto de construcción de aulas? Al paso que vamos creo que ningunas de esas aulas estará lista al inicio del año escolar como lo planteo el presidente en su momento, y a lo mejor la razón está en la falta de supervisión.
Por este medio le hago un llamado a todos los funcionarios gubernamental a tomar por ejemplo este hecho y se pongan en los zapatos del presidente y logremos el éxito de este gobierno que al final es de todo y su éxito o fracaso nos afecta a todos, de ahí depende el futuro del país, de nuestros hijos, nietos y demás descendientes.
Por el presidente, por el país por nuestros descendientes y hasta por nosotros mismos ¡manos a la obra!
El autor es mercadologo residente en Barcelona, España
